dimarts, 10 de març del 2009

torneos y justas medievales

TOUR PIRATA POR LOS PAÍSES EUROPEOS

¿QUIERES SENTIRTE PIRATA POR UNA SEMANA?

Sentíos piratas por una semana viajando con ellos por las islas europeas.
Sentireís el soplo de la libertad y el olor a mar que sienten los piratas. Pero, tranquilos, por una vez en su vida no habrá vandalismo.

ESTE CRUZERO OS OFRECE, ENTRE OTROS SERVICIOS:

-Toda clase de disfraces que os desplazarán a la época más dinámica de la piratería.
-Personajes que os sumergirán en una aventura que no olvidareís.
-La comida y bebida más parecida a la de la época tratada.
-Infinidad de juegos y prácticas de abordaje, robos, etc.

Todo esto bajo una minuciosa supervisión por parte de la dirección y de la empresa que ofrece este viaje.

Para más información:
www.piratas.com

¡allí veréis el número de teléfono!

20 AÑOS DESPUÉS

Cuando al hijo de Chusa le quedan 2 días para cumplir los 20 años, Jaimito decide bajar al moro para recordar viejos tiempos: la compañía de mejor amigo Alberto, los momentos tan felices que pasaban los cuatro juntos, …

Una vez allí nada más bajarse del tren vio a una chica, (que fue un amor a primera vista). Lo primero que hizo fue hablar con ella y le invitó a tomar algo y se le olvidó que había ido para buscar drogas y cuando se dio cuenta de que era la hora en que salía el tren se tuvo que despedir de una forma bruta, y le dijo que cuando volviera a bajar al moro le llamaría. Cuando llegó a casa lo primero que le dijo a Chusa fue que había conocido a una chica muy guapa. Pero Chusa, el mismo día que Jaimito estaba en Marruecos, salió a comprar comida para los tres de la casa y se chocó con un hombre maravilloso.

Habían quedado para otro día y Jaimito tuvo una fantástica idea: irse de viaje las dos parejas juntas a París. Cuando llegaron allí dejaron las cosas en el hotel y fueron a ver la Tour Eiffel y allí, por casualidad, se encontraron con Alberto y Helena. Hablaron y Chusa le dijo a Alberto si podían ser tan amigos, pero Alberto les dijo que quería seguir con esta vida y que estaba a gusto, y Alberto y Helena se fueron por su cuenta y continuaron las visitas, mientras que Chusa y Jaimito decidieron separarse e ir por otro lado.

El encuentro rechazado

Un buen dia de primavera, un muchacho amable iba caminando por un sendero largo y estrecho que conducía a una gran cascada. Allí había una moza esbalta, y de pelo rubio como el oro.
De repente el muchacho preguntó:
-¿Qué hace una señorita tan bella en medio de este malantial?
La moza respondio medio entre cortada:
-Dejadme, señor honrado, no queiro pagar contigo todo esto que me está pasando.
-Señorita dime lo que te pasa.
-No, hombrecito amable, no quiero preocuparle.
-De acuerdo, señorita, no quiero molestarle más, perdóname por interrumpirla. Sequiré mi paseo por este bosque tan verde y bonito